Si desde Calella seguimos los señales del GR92 hacia el Cap Roig, es obligatorio hacer un primer alto en el mirador del Hotel Sant Roc. La vista lo vale. La gente del lugar –que lo sabe todo de lugares bellos- suele celebrar éxitos o aniversarios con un buen gintónic en la terraza de este hotel.
Si tenemos que andar, mejor dejamos el gintónic para otro día y seguimos el GR. Pronto vamos a dejar de ver el pueblo. El camino baja y sube, se cuelga de las rocas, las escarba en varios túneles, se encarama por escaleras y nos deja boquiabiertos ante los colores del mar y de los pinos verdes volcados sobre el agua.
Llegaremos a la playa del Golfet. Merece una visita –y un chapuzón- aunque luego volveremos hacia atrás para subir unas escaleras, algo largas, pero con una placa con unos versos del poeta Maragall a modo de premio cuando llegamos arriba. Dice:
Dues coses hi ha
que el mirar-les juntes
me fa el cor més gran:
la verdor dels pins,
la blavor del mar.
Al llegar a Cap Roig, hay que seguir hacia arriba por un camino ancho que queda algo más al interior. Se ven otros caminos que bajan a la derecha hacia la llanura, hacia Palafrugell. No tienen desperdicio y algún otro día hablaremos de ellos, de Ermedas, y de otras maravillas. Nuestro camino hoy es caluroso en este tramo. Hay que llevar agua porque no vamos a encontrar fuente ni otra manera de conseguirla.
Si no dejamos el camino ancho, llegaremos a la playa de Castell, pero por el interior, sin vistas. Y esto no nos interesa. Así que vamos a bajar hacia la playa del Crit y a quedarnos un rato con la boca abierta de lo bonita que es. De piedras, eso sí, pero muy hermosa. Es recomendable llevar calzado para nadar y poder entrar y salir del agua sin lastimarnos los pies con las piedras. El baño, además de merecido después del calor, es interesante si se llevan gafas y tubo. Ah! Y para quien lo desee, esta playa y las siguientes son nudistas.
Seguimos andando por la playa hacia nuestro destino y el camino nos hace subir entre rocas, sin peligro pero sin comodidad. No es un tramo para personas con dificultad de movilidad. Después el camino llega a Cap de Planes, con sus rocas y desde donde vemos las islas Formigues allí mismo, a tocar. Es uno de los tramos más hermosos. Sin otra dificultad que la que supone andar por la arena, llegaremos a cala Bona y luego a cala Estreta. Orientadas más al oeste, son playas recomendables para disfrutar de la tarde.