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Empordà, Llafranc

El Faro de Sant Sebastià

La montaña de Sa Guarda, con unos 160 metros de altitud, separa dos de las playas de Palafrugell, Tamariu y Llafranc. Los que se atreven a subir andando (pero también los que suben en coche) pueden disfrutar las vistas espectaculares, de casi 360 grados, estremecerse frente a los impresionantes acantilados y percibir la magia del lugar. 

En efecto, es un lugar especial desde siempre, o al menos desde hace 2600 años cuando fue elegido como asentamiento fijo por unos íberos. Los restos del poblado, excavados y documentados, pueden visitarse gratuitamente. Mucho más tarde, en el siglo XV, El lugar fue elegido para construir en él una torre vigía que protegería la costa de posibles ataques corsarios o piratas. Dicha torre está muy bien conservada, y también se puede visitar. Más tarde, en el siglo XVIII, se construyó allá arriba una ermita y una hosteria, que también se conservan en perfectas condiciones. y por fin, en el siglo XIX, en 1857, se construyó el faro. Es el más potente del litoral catalán y su luz alcanza las 32 millas náuticas. 

Actualmente hay un bar, un hotel y un restaurante que pueden completar una tarde de interesantísima visita cultural.