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Empordà, Llafranc

El camino de Ronda 1. De Llafranc a Calella de Palafrugell

Bordeando el abrupto litoral de la Costa Brava, desde Port Bou hasta Blanes, el camino  de ronda es milenario, tan antiguo como la presencia de los seres humanos en este territorio. Salvaba la vida de los marineros o pescadores cuando su barca naufragaba contra las rocas, y lo seguían los carabineros y más tarde los guardias civiles para controlar el contrabando o estraperlo, tan habitual en esta costa. (De hecho, parece que el nombre le viene de la “ronda” que realizaban regularmente estos cuerpos)

Hoy en día es un GR, el 92, y lo siguen muchos caminantes o excursionistas que o bien andan unos kilómetros de algún tramo, o lo recorren entero en varias etapas. 

Desde Llafranc tenemos la suerte de estar en medio de dos de los tramos más hermosos: de Llafranc hacia el Sur a La Fosca, una de las playas de Palamós, y de Llafranc hacia el Norte hasta Tamariu y Cala Xelida.

Solo el corto tramo de Llafranc hasta Calella de Palafrugell es ya de una belleza notable y su suave pendiente lo convierte en un paseo casi obligatorio para después de comer, en los días en los que el calor no aprieta. En verano, hay que recorrerlo o muy temprano por la mañana, para disfrutar de la salida del sol y de la energía de sus primeros rayos, o tarde, casi de noche, para disfrutar de la brisa y de esa sensación de paz tan agradable que produce un día ya cansado que se rinde y deja paso al anochecer.

Hay bancos para sentarse a charlar, hay miradores colgados sobre el mar, ideales para hacer fotografías memorables, hay recodos desde los que de repente vemos Calella. Huele a mar, a dondiegos de noche. Charlando y sin prisas, se tarda media hora en ir y otro tanto en volver.