Empordà, Mas Pastora
Entre los pinos y la ginesta propios de la montaña del Faro, la pasarela que sube a las habitaciones de Mas Pastora está bordeada de plantas propias del paisaje de la Costa Brava desde tiempos inmemoriales: olivos, romero, tomillo, salvia…que perfuman el ambiente delicadamente. Al lado de la piscina son muy vistosas las matas de lavanda, que si no fueran tan bonitas, también reconoceríamos por su aroma. Aunque la planta que más nos interpela con su característico olor y su espectacular caída es la glicina de la gran puerta del hotel.
Ahora está sacando tímidamente sus hojas y alguna flor la enorme buganvilla que cubre la Masía y, a sus pies, lirios blancos.
Después de la lluvia, en los prados que nos rodean quedan salpicados de flores amarillas, blancas, lilas, los colores de la primavera. Atrás queda el amarillo de las mimosas que nos han alegrado todo el invierno.
Debería intentar ser poeta para describir la belleza y la paz de nuestro jardín, pero este simple y rápido repaso a las flores del jardín da fe también de ello.