Los Jardines de Cap Roig son una de las joyas de la Costa Brava. Como casi todas las construcciones hermosas que han conseguido sobrevivir, nacieron de la pasión por la belleza, en este caso la de un coronel ruso retirado, Nicolai Woevodsly y de su esposa, la aristócrata inglesa Dorothy Webster. Ambos descubrieron el Cap Roig y se establecieron allí. Si él amaba el dibujo y la arquitectura, ella era una apasionada de la decoración, la arquitectura y la jardinería. Poco a poco construyeron su sueño y levantaron el castillo y los jardines, además de conservar los alrededores de bosques y campos vírgenes. Al morir, legaron el lugar a la comunidad bajo la condición de que se conservaran tanto el castillo como los jardines.

Este lugar singular protege más de mil especies vegetales de todos las regiones de clima mediterráneo, que pueden disfrutarse en visitas guiadas, adaptadas a todas las edades. Los jardines están salpicados de esculturas de grandes artistas y se combinan así la hermosura de las flores y las plantas con la del arte.