Si no sabéis qué hacer una tarde y tenéis ganas de ver algo realmente bonito, id a Pals. Es un pueblo que queda a pocos kilómetros de Llafranc , construido alrededor de su iglesia en lo alto de una colina. La parte del ensanche nuevo queda abajo en el llano, donde dejaréis el coche para subir, despacio y con atención, por las callejuelas del pueblo antiguo, al que llaman El Pedró.
Digo con atención porque no os podéis perder nada: El conjunto monumental es realmente notable, con edificios y detalles arquitectónicos de gran interés. No hay restos romanos, aunque el nombre del pueblo parece provenir del latín Palus, que significa lugar pantanoso. Su castillo está documentado ya en el siglo IX, aunque en el siglo XV quedó muy tocado por la Guerra de Remences contra el rey Joan II, quien no permitió su reconstrucción, al contrario, mandó que se utilizaran sus piedras para reconstruir tanto la muralla como la Iglesia gótica de Sant Pere. Del castillo queda ahora la Torre circular de Las Horas. Las murallas son las mejor conservadas del Empordà.
Subir por las callejuelas fuera de temporada es como volver a la Edad Media. En plena temporada, hay animación y muchas pequeñas tiendas abiertas que atraen la atención de los visitantes. También muchas galerías de arte. Al llegar arriba donde está la iglesia, la vista es espectacular.
Calculad un buen rato para disfrutar de todo el recorrido: haréis buenas fotos y os quedarán ganas de volver.