El Empordá es zona productora de vinos desde la época de los romanos. La tradición y conocimiento milenario junto con las adecuadas características del suelo, la saludable tramontana, la temperatura suave en invierno, sin grandes heladas, y calurosa en verano, pero controlada por la brisa marina, hace que esta región produzca unos vinos reconocidos y apreciados en todas partes. Cierto es que en el Empordá empezó, en 1879, la terrible plaga de la filoxera que acabó con la práctica totalidad de las viñas de Cataluña, pero poco a poco se fueron replantado, y aunque nunca se ha recuperado la extensión de viñas anterior a la plaga, la viticultura es hoy una actividad muy vital y fructífera.

Esto ya nos va a animar a comprar y probar algunos de estos caldos mientras estemos en la zona. Desde Llafranc, vale la pena visitar la muy bien surtida tienda de Palafrugell Vins Grau y dejarse aconsejar por los vendedores, que todo lo saben.

Pero, además, es especialmente interesante visitar directamente las bodegas. En el Baix Empordà, que es nuestra comarca, los municipios productores de vino son:

Begur, Bellcaire d’Empordà, Calonge, Castell-Platja d’Aro, Corçà, Cruïlles, Monells i Sant Sadurní de l’Heura, Forallac, La Bisbal d’Empordá, Mont-ras, Palafrugell, Palamós, Palau-sator, Pals, Regencós, Sant Feliu de Guíxols, Santa Cristina d’Aro, Torrent, Torroella de Montgrí, Ullá, Vall-llobrega. En cada uno de ellos hay bodegas y casi todas se pueden visitar. A algunas podéis llegar en bici o dando un paseo, otras proponen un paseo en kayac antes de probar los vinos, otras preparan algo de comer y la cata…visitad la página web de la denominación de origen y encontraréis mucha información… o preguntad en la recepción del hotel.